María, una médica rosarina, disfrutaba de un día en el río Paraná cuando una palometa la mordió en el dedo gordo del pie derecho, arrancándole un trozo de piel.
Aunque no sintió dolor inmediato, la herida sangró profusamente. Gracias a sus conocimientos, limpió la zona con agua y jabón, aplicó agua oxigenada y un antiséptico, y cubrió la lesión con gasas para detener el sangrado.
Este incidente se suma a otros ataques de palometas en la región, especialmente durante días de altas temperaturas. María recomienda llevar siempre un botiquín de primeros auxilios al disfrutar de actividades acuáticas y estar atentos a las señales de alerta en las zonas de baño.
Las palometas son peces carnívoros que, en condiciones de calor extremo, pueden volverse más agresivas. Es fundamental mantenerse informado sobre las condiciones del agua y evitar zonas donde se hayan reportado ataques recientes.
Si sufrís una mordedura, limpiá la herida de inmediato, aplicá un antiséptico y buscá atención médica si el daño es significativo. La prevención y la respuesta rápida son clave para evitar complicaciones.
Disfrutar del río es un placer, pero siempre con precaución. Informate, preparate y cuidate para que tu día de descanso no se vea interrumpido por sorpresas desagradables.